Para ver el paisaje hay que aprender a mirar el entorno de una forma diferente, sin implicación con él, desde fuera. Como lo hace el viajero y lo representa el artista, quienes nos incitan a mirar de otro modo, a recrear sobre lo existente un paisaje propio, añorado o idealizado.
La propia palabra paisaje proviene de la pintura que concede una unidad estética a lo que el artista selecciona eligiendo un punto de vista que delimita un entorno.
De una manera u otra, la naturaleza se hace paisaje a través de la mirada, sin la contemplación no existe el paisaje.
No resulta fácil transmitir con los procedimientos artísticos el sentimiento vivido por el artista ante la Naturaleza y menos, desde luego, si no se ha tenido antes la predisposición a la contemplación, porque para ello habría que dedicar un tiempo y un sosiego que ahora no tenemos.

Pero eso es ya otro asunto.

María Jesús Casermeiro 2024